Pequeñas cosas hacen la diferencia

No dormir realmente abre el apetito.

Me quedé en desvelo hasta las 5 y tanto de mañana, dormí hasta las 7:40, me fui al baño y luego a la cocina (donde hay una puerta de salida) ya que el perrito de Spider estaba trotando por la casa y hacienda tremendo ruido. Me detuve unos segundos y no pensé... comí un "poco" (2 cucharas) de puré de pera y 1/4 de manzana verde y volví a la cama. Me desperté definitivamente a las 11:50 hrs aprox. No tenía la más mínima gana de tomarme mi infusión y opté por una avena... con manzana, con plátano... y otras cosas y si no me equivoco... fueron entre 900 y 1.000 calorías solamente en el "desayuno". Ya de ahí la había fastidiado pero de todos modos me dije <<solo queda almorzar y es lo último>> pero no... como a las 6 y 7 de la tarde comí más. Estoy segura que llegué a las 2.000 calorías o un poco más y estaba a punto de hacerme un pan con mantequilla, llegué a tomar el pan y... lo dejé, lo guarde en su lugar y me tomé un vaso de té rojo. Se bien que si continuaba me iba a sumir y me iba a costar detenerme. Me fui al baño y por unos momentos pensé en la opción de vomitar pero era optar por el camino "fácil". Tenía que aguantarme y no comer más, afrontar lo que había hecho. Me miré al espejo y me lave los dientes.

A pesar de ver solo 100 gramos menos hoy y de que para mañana a lo mejor no baje y suba (no quiero ni pensar en ello) tengo que verle un lado bueno. Lo tiene y es que hoy fue un paso más para detenerme antes los atracones masivos. No quiero volver a tales situaciones y no lo haré.

XOXO

Ana